Me desperté con la respiración agitada y empapada en sudor. Me revolví en la cama buscando tu cuerpo, tu aroma, tu olor... repentinamente me sentí frustrada al darme cuenta de que sólo era un sueño, que por desgracia no te tenía a mi lado. Respiré hondo llenando mis pulmones de aire y lo aguanté un poco. Lo solté despacio y noté como mi pecho se desinflaba. Me senté en el bordillo de la cama y miré a través de la ventana, el día era gris, el cielo estaba cubierto de nubes casi negras, cargadas de lluvia que pronto descargaría sobre la tierra y los jardines de las casas. Me levanté en y andé en dirección al cuarto de baño para darme una ducha y empezar el día con energía. Sabía que no estarías físicamente a mi lado, pero siempre estarás en mi corazón y dejaré de sentirme sola...
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